domingo, 31 de marzo de 2013

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LAS PRIMERAS REPRESENTACIONES TEATRALES
Los expertos creen que los griegos fueron los primeros en organizar representaciones teatrales, en el siglo VI a.C. Interpretaban bailes en honor del dios Dioniso, que, con el tiempo, fueron transformándose en tragedias. Los argumentos procedían de los mitos (personajes divinos o heróicos) o de la historia antigua, y estaban escritos en verso. Las escenas se presentaban interrumpidas por muchas canciones. Sabemos que los griegos escribieron más de 1.000 tragedias, aunque en la actualidad solo se conservan 31, todas ellas escritas por los dramaturgos Esquilo, Sófocles y Eurípides.
Las comedias también se hicieron populares en el siglo V a.C.
En la antigua Grecia solo actuaban los hombres, que llevaban máscaras para que el público identificara claramente a los personajes. (Las máscaras de la tragedia y de la comedia se emplean a menudo como símbolos en el teatro moderno.)
Las representaciones tenían lugar al aire libre, en teatros descubiertos. Había un espacio circular para cantar y bailar, llamado orquesta, y detrás, un estrado largo y bajo para actuar. Las obras griegas utilizaban un escenario muy pequeño. El público se sentaba en unas gradas en forma de semicírculo.
En torno al año 300 a.C., las comedias empezaron a ponerse de moda en la antigua Roma. En el siglo II a.C. surgieron dos grandes autores cómicos, Plauto y Terencio. Como en el caso de los griegos, los romanos celebraban sus representaciones teatrales en teatros al aire libre. En Roma había tres. Los romanos redujeron el espacio de la orquesta para cantar y bailar, que dejó de ser un círculo y se convirtió en un semicírculo. Elevaron el estrado que había detrás y lo ampliaron hasta darle una anchura de 24 a 30 metros. Los únicos elementos del escenario eran tres puertas situadas al fondo, que representaban puertas de edificios, para dar la impresión de que la obra tenía lugar en una calle romana.
En el siglo II d.C. algunos espectáculos, como las luchas de gladiadores, se hicieron más populares que el teatro. Estas luchas eran violentas y sangrientas, pero, para los romanos, eran una forma de teatro. Los luchadores interpretaban famosas batallas de la historia. El anfiteatro más grande de Roma, el Coliseo, estaba diseñado de tal manera que podía llenarse de agua para recrear batallas navales.
Cuando cayó el Imperio romano, en el año 476 d.C., desaparecieron las representaciones teatrales en Europa.
EL TEATRO EN LA EDAD MEDIA
Durante la edad media (entre el año 400 y el 1500 d.C.) las autoridades eclesiásticas se sirvieron del teatro para divulgar entre el pueblo las historias de la Biblia y los valores del cristianismo. Los sacerdotes crearon dramas de tema religioso, llamados autos sacramentales o misterios. Las obras se interpretaban en las plazas de las ciudades o en carretas que podían trasladarse de una localidad a otra. En el siglo XV empezaron a aparecer también obras no religiosas, basadas en cuentos tradicionales o anécdotas divertidas. Se hicieron populares las obras de intención moral, que utilizaban la poesía, la música y la comedia para enseñar al pueblo. En esa época se formaron pequeños grupos de artistas profesionales, llamados juglares, que trabajaban en los patios de las posadas y en las ferias.
EL TEATRO EUROPEO EN EL RENACIMIENTO
A partir del siglo XV, diversos escritores, primero en Italia y después en otros países de Europa, centraron de nuevo su atención en el teatro de los antiguos griegos y romanos. Esa tendencia formaba parte de un redescubrimiento del mundo clásico, que hoy día se conoce como renacimiento. Los escritores volvieron a experimentar con el teatro, y durante los siglos XVI y XVII se extendieron por toda Europa muchas formas teatrales nuevas, desde obras y representaciones de marionetas, a óperas y ballets.
A mediados del siglo XVII las representaciones tuvieron tanto éxito en Italia y Francia, que se construyeron grandes teatros para albergarlas.
Durante el siglo XVI y principios del XVII el teatro tuvo un importante desarrollo en España y en Latinoamérica, con autores tan importantes como Tirso de Molina (que creó un personaje del que sin duda has oído hablar, Don Juan), Lope de Vega y Calderón de la Barca, en España, y sor Juana Inés de la Cruz y Juan Ruiz de Alarcón, en México.
También en esa época las obras de teatro se hicieron tan populares en Inglaterra como en la actualidad lo son los partidos de fútbol, y empezaron a construirse teatros cada vez más sofisticados. En ellos se representaron las obras de un autor del que sin duda has oído hablar, William Shakespeare.
En Francia, en el siglo XVII, conocieron un gran éxito las obras de un escritor llamado Molière, tras cuya muerte, en 1673, el rey ordenó la creación de una compañía llamada Comédie-Française, que en la actualidad es el teatro nacional más antiguo del mundo.
EL TEATRO EUROPEO DESDE EL SIGLO XVIII
Durante el siglo XVIII la mayoría de los teatros giraban alrededor de los actores protagonistas, que decidían a qué otros actores emplear, cuándo eran los ensayos y qué ropas debían utilizarse. Hoy día de esas cuestiones se ocupa el director de la obra.
En el siglo XIX un movimiento artístico llamado romanticismo influyó en muchos dramaturgos de Europa, que crearon obras basadas en los sentimientos de la gente y su vida espiritual. Una de las obras románticas más famosas es Fausto, escrita entre 1808 y 1832 por el autor alemán Goethe, que basó el argumento en la antigua leyenda de un hombre que vende su alma al diablo para obtener riqueza y honores. Otra obra romántica importante es Don Juan Tenorio (1844), del escritor español José Zorrilla.
También se hizo popular en Europa un tipo de obra llamada melodrama. El melodrama contaba historias emocionantes de héroes, heroínas y villanos. Mezclaba comedia, tragedia y música con espectaculares acontecimientos que requerían efectos sorprendentes (por ejemplo, terremotos y persecuciones a caballo).
A mediados del siglo XIX se desarrolló un nuevo tipo de obra basada en el realismo. Los argumentos se centraban en la vida cotidiana, como las relaciones de las familias en sus hogares.
A finales del siglo XIX hubo algunos dramaturgos que se especializaron en la creación de personajes realistas, con problemas, sentimientos e ideas como los de cualquier persona. Entre ellos destacan el noruego Henrik Ibsen, el sueco August Strindberg, el irlandés George Bernard Shaw y el ruso Antón Chéjov.
Al mismo tiempo se ponían de moda en Europa muchas formas de representaciones populares que mezclaban la canción, el baile y la comedia.
En el siglo XX el teatro siguió desarrollándose en una gran variedad de formas. Algunos de los dramaturgos más importantes de ese siglo son el estadounidense Arthur Miller o el alemán Bertolt Brecht, cuyas obras plantean al espectador diversas cuestiones políticas.
Los musicales también tuvieron un enorme éxito en el siglo XX. Entre los más famosos destacan West Side Story y El fantasma de la ópera.
EL DESARROLLO DEL TEATRO EN EL MUNDO
Los antiguos relatos hindúes, como el Mahabharata y el Ramayana, constituyeron la base del teatro primitivo en India, Indonesia y Malaysia hace miles de años. Esas historias siguen representándose en la actualidad. En muchas partes de Asia el teatro de marionetas se ha hecho muy popular y sofisticado.
El teatro chino floreció en el siglo XIV. Las primeras obras se representaban al aire libre, frente a los templos. Más tarde se convirtieron en un arte elevado que se representaba en los teatros de la corte y en los salones de té. Desde el siglo XV la forma más famosa de teatro chino ha sido la ópera de Pekín, un tipo de obra que mezcla canción, baile y acrobacias.
En Japón se han desarrollado dos formas principales de teatro, llamadas y kabuki.
En todos esos tipos de teatro oriental, las máscaras y el maquillaje constituyen una parte importante del vestuario. Las representaciones se basan en creencias tradicionales, ritos religiosos antiguos y danzas populares.
EL TEATRO OCCIDENTAL EN LA ACTUALIDAD
En la actualidad las compañías de teatro en Europa y América organizan representaciones en escenarios de todo tipo, desde pequeñas aulas de colegio a grandes estadios. Las representaciones teatrales actuales implican a un gran número de personas, cada una responsabilizada de una función específica.
El productor se encarga de supervisar todos los aspectos de la producción, desde conseguir el dinero necesario para la obra, hasta contratar a un dramaturgo y a un director. El personal artístico incluye a los propios actores y a los diseñadores de los decorados, de los trajes y de las luces (a veces, una sola persona, llamada escenógrafo, se ocupa de esas tres labores). La persona más importante es el director, que se encarga de organizar la representación, de seleccionar a los intérpretes y de dirigir los ensayos.
También son importantes los técnicos encargados de la iluminación y el sonido, así como los responsables de cambiar los decorados y el mobiliario que aparece en el escenario. Todos ellos están coordinados por el director de escena.

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