LAS PRIMERAS REPRESENTACIONES TEATRALES
Los expertos creen que los
griegos fueron los primeros en organizar representaciones teatrales, en
el siglo VI a.C. Interpretaban bailes en honor del dios Dioniso, que, con el
tiempo, fueron transformándose en tragedias. Los argumentos procedían de
los mitos (personajes divinos o heróicos) o de la historia antigua, y estaban
escritos en verso. Las escenas se presentaban interrumpidas por muchas
canciones. Sabemos que los griegos escribieron más de 1.000 tragedias, aunque en
la actualidad solo se conservan 31, todas ellas escritas por los dramaturgos
Esquilo, Sófocles y Eurípides.
Las comedias también se
hicieron populares en el siglo V a.C.
En la antigua Grecia solo actuaban
los hombres, que llevaban máscaras para que el público identificara claramente a
los personajes. (Las máscaras de la tragedia y de la comedia se emplean a menudo
como símbolos en el teatro moderno.)
Las representaciones tenían lugar al
aire libre, en teatros descubiertos. Había un espacio circular para
cantar y bailar, llamado orquesta, y detrás, un estrado largo y bajo para
actuar. Las obras griegas utilizaban un escenario muy pequeño. El público se
sentaba en unas gradas en forma de semicírculo.
En torno al año 300 a.C., las
comedias empezaron a ponerse de moda en la antigua Roma. En el siglo II
a.C. surgieron dos grandes autores cómicos, Plauto y Terencio.
Como en el caso de los griegos, los romanos celebraban sus representaciones
teatrales en teatros al aire libre. En Roma había tres. Los romanos
redujeron el espacio de la orquesta para cantar y bailar, que dejó de ser un
círculo y se convirtió en un semicírculo. Elevaron el estrado que había detrás y
lo ampliaron hasta darle una anchura de 24 a 30 metros. Los únicos elementos del
escenario eran tres puertas situadas al fondo, que representaban puertas de
edificios, para dar la impresión de que la obra tenía lugar en una calle
romana.
En el siglo II d.C. algunos
espectáculos, como las luchas de gladiadores, se hicieron más populares
que el teatro. Estas luchas eran violentas y sangrientas, pero, para los
romanos, eran una forma de teatro. Los luchadores interpretaban famosas batallas
de la historia. El anfiteatro más grande de Roma, el Coliseo, estaba
diseñado de tal manera que podía llenarse de agua para recrear batallas
navales.
Cuando cayó el Imperio romano, en
el año 476 d.C., desaparecieron las representaciones teatrales en Europa.
EL TEATRO EN LA EDAD MEDIA
Durante la edad media (entre el año
400 y el 1500 d.C.) las autoridades eclesiásticas se sirvieron del teatro para
divulgar entre el pueblo las historias de la Biblia y los valores del
cristianismo. Los sacerdotes crearon dramas de tema religioso, llamados autos
sacramentales o misterios. Las obras se interpretaban en las plazas
de las ciudades o en carretas que podían trasladarse de una localidad a otra. En
el siglo XV empezaron a aparecer también obras no religiosas, basadas en cuentos
tradicionales o anécdotas divertidas. Se hicieron populares las obras de
intención moral, que utilizaban la poesía, la música y la comedia para
enseñar al pueblo. En esa época se formaron pequeños grupos de artistas
profesionales, llamados juglares, que trabajaban en los patios de las
posadas y en las ferias.
EL TEATRO EUROPEO EN EL RENACIMIENTO
A partir del siglo XV, diversos
escritores, primero en Italia y después en otros países de Europa, centraron de
nuevo su atención en el teatro de los antiguos griegos y romanos. Esa tendencia
formaba parte de un redescubrimiento del mundo clásico, que hoy día se conoce
como renacimiento. Los escritores volvieron a experimentar con el teatro,
y durante los siglos XVI y XVII se extendieron por toda Europa muchas formas
teatrales nuevas, desde obras y representaciones de marionetas, a
óperas y ballets.
A mediados del siglo XVII las
representaciones tuvieron tanto éxito en Italia y Francia, que se construyeron
grandes teatros para albergarlas.
Durante el siglo XVI y principios
del XVII el teatro tuvo un importante desarrollo en España y en Latinoamérica,
con autores tan importantes como Tirso de Molina (que creó un personaje
del que sin duda has oído hablar, Don Juan), Lope de Vega y Calderón
de la Barca, en España, y sor Juana Inés de la Cruz y Juan Ruiz de
Alarcón, en México.
También en esa época las obras de
teatro se hicieron tan populares en Inglaterra como en la actualidad lo son los
partidos de fútbol, y empezaron a construirse teatros cada vez más sofisticados.
En ellos se representaron las obras de un autor del que sin duda has oído
hablar, William Shakespeare.
En Francia, en el siglo XVII,
conocieron un gran éxito las obras de un escritor llamado Molière, tras
cuya muerte, en 1673, el rey ordenó la creación de una compañía llamada
Comédie-Française, que en la actualidad es el teatro nacional más antiguo del
mundo.
EL TEATRO EUROPEO DESDE EL SIGLO XVIII
Durante el siglo XVIII la mayoría
de los teatros giraban alrededor de los actores protagonistas, que
decidían a qué otros actores emplear, cuándo eran los ensayos y qué ropas debían
utilizarse. Hoy día de esas cuestiones se ocupa el director de la obra.
En el siglo XIX un movimiento
artístico llamado romanticismo influyó en muchos dramaturgos de Europa,
que crearon obras basadas en los sentimientos de la gente y su vida espiritual.
Una de las obras románticas más famosas es Fausto, escrita entre 1808 y
1832 por el autor alemán Goethe, que basó el argumento en la antigua
leyenda de un hombre que vende su alma al diablo para obtener riqueza y honores.
Otra obra romántica importante es Don Juan Tenorio (1844), del escritor
español José Zorrilla.
También se hizo popular en Europa
un tipo de obra llamada melodrama. El melodrama contaba historias
emocionantes de héroes, heroínas y villanos. Mezclaba comedia, tragedia y música
con espectaculares acontecimientos que requerían efectos sorprendentes (por
ejemplo, terremotos y persecuciones a caballo).
A mediados del siglo XIX se
desarrolló un nuevo tipo de obra basada en el realismo. Los argumentos se
centraban en la vida cotidiana, como las relaciones de las familias en sus
hogares.
A finales del siglo XIX hubo
algunos dramaturgos que se especializaron en la creación de personajes
realistas, con problemas, sentimientos e ideas como los de cualquier persona.
Entre ellos destacan el noruego Henrik Ibsen, el sueco August
Strindberg, el irlandés George Bernard Shaw y el ruso Antón
Chéjov.
Al mismo tiempo se ponían de moda
en Europa muchas formas de representaciones populares que mezclaban la canción,
el baile y la comedia.
En el siglo XX el teatro siguió
desarrollándose en una gran variedad de formas. Algunos de los dramaturgos más
importantes de ese siglo son el estadounidense Arthur Miller o el alemán
Bertolt Brecht, cuyas obras plantean al espectador diversas cuestiones
políticas.
Los musicales también
tuvieron un enorme éxito en el siglo XX. Entre los más famosos destacan West
Side Story y El fantasma de la ópera.
EL DESARROLLO DEL TEATRO EN EL MUNDO
Los antiguos relatos hindúes, como el Mahabharata y el
Ramayana, constituyeron la base del teatro primitivo en India, Indonesia
y Malaysia hace miles de años. Esas historias siguen representándose en la
actualidad. En muchas partes de Asia el teatro de marionetas se ha hecho muy
popular y sofisticado.
El teatro chino floreció en el
siglo XIV. Las primeras obras se representaban al aire libre, frente a los
templos. Más tarde se convirtieron en un arte elevado que se representaba en los
teatros de la corte y en los salones de té. Desde el siglo XV la forma más
famosa de teatro chino ha sido la ópera de Pekín, un tipo de obra que
mezcla canción, baile y acrobacias.
En Japón se han desarrollado dos
formas principales de teatro, llamadas nō y kabuki.
En todos esos tipos de teatro
oriental, las máscaras y el maquillaje constituyen una parte importante del
vestuario. Las representaciones se basan en creencias tradicionales, ritos
religiosos antiguos y danzas populares.
EL TEATRO OCCIDENTAL EN LA ACTUALIDAD
En la actualidad las compañías de
teatro en Europa y América organizan representaciones en escenarios de todo
tipo, desde pequeñas aulas de colegio a grandes estadios. Las representaciones
teatrales actuales implican a un gran número de personas, cada una
responsabilizada de una función específica.
El productor se encarga de
supervisar todos los aspectos de la producción, desde conseguir el dinero
necesario para la obra, hasta contratar a un dramaturgo y a un director. El
personal artístico incluye a los propios actores y a los diseñadores de
los decorados, de los trajes y de las luces (a veces, una sola persona, llamada
escenógrafo, se ocupa de esas tres labores). La persona más importante es el
director, que se encarga de organizar la representación, de seleccionar a
los intérpretes y de dirigir los ensayos.
También son importantes los
técnicos encargados de la iluminación y el sonido, así como los
responsables de cambiar los decorados y el mobiliario que aparece en el
escenario. Todos ellos están coordinados por el director de escena.